miércoles, 19 de diciembre de 2007

DIARIO PABLO FRANK. PRIMER DIA EN HOLANDA




















Es la una de la mañana del día 11 de Diciembre, no puedo dormir, no sé si son los nervios o el miedo de quedarme dormido. El vuelo sale a las seis y media de la mañana, debemos estar una hora antes en Barajas, y debo recoger primero a Lucía en la ronda de Valencia, y después ir a por Alicia. Me llega un sms de Lucía, ella tampoco puede dormir.
A las tres y cuarto suena la alarma, me levanto raudo y veloz, apenas he descansado, me preparo, bajo la maleta, y salgo con el coche. Llego pronto a casa de Lucía, no la llamo..., espero un rato, la doy un toque y me saluda desde la ventana. Al rato baja, metemos la mochila en la parte de atrás del coche, también esta mi maleta, porque no cabe en el maletero de mi KA. No tardamos en llegar al barrio de Alicia, pero nos perdemos; al final llegamos a su puerta, nos esta esperando, el taxi esta a punto de llegar, aparcamos mi coche, llega el taxi, se nos han olvidado algunas cosas. Ya estamos en el taxi, nos hacemos las primeras fotos.
Llegamos al Aeropuerto, enseguida encontramos la facturación, no hay mucha gente, es pronto. Mientras esperamos para facturar, un grupo de gente ha perdido un vuelo a Bruselas, un chico llora muy nervioso, todos miramos y lo comentamos. Al facturar, el primer problema, mi maleta tiene sobrepeso, sacamos algunas cosas para llevarlas en el equipaje de mano, tiro un bote de colonia a la basura.., al final pasa sin sobrepeso.
Nos apetece desayunar, el primer gasto excesivo, porque está muy caro, Ali tira el primer café del viaje, nos reímos porque empezamos bien la aventura...;
Pasamos la seguridad y el escáner, Ali encuentra algo sospechoso en el bolsillo y lo tira a la basura, después se da cuenta de que tiene una nota, es de su prima que le había dejado un regalo en el abrigo, lo rescatamos de la basura, es un muñequito que se convierte en nuestra mascota..., le bautizamos con el nombre de EINJUVEN. Subimos al bus que nos lleva al avión, todo sigue oscuro y con frío..., esperamos en la cola para embarcar, el avión no tiene muy buena pinta, vemos al piloto leyendo el manual!!, tras unas bromas, decidimos embarcar por la cola. El avión es incomodo, se nota el bajo coste..., el inglés de la tripulación es indescifrable.
Despegamos sin problema, enseguida Ali se queda durmiendo. Luci y yo hablamos y leemos un rato, la guía de Ámsterdam y mi libro de Hitchcock, grabamos un video y vemos como amanece durante el viaje.
El aterrizaje se efectúa sin problemas, el aeropuerto de Eindhoven es muy pequeño. Desembarcamos y en diez metros ya estamos entrando a pie en la recogida del equipaje. No pasan ni cinco minutos y ya salen las maletas y mochilas, llamo a casa, son las nueve y media. Nuestro próximo objetivo es averiguar como llegar a Ámsterdam, preguntamos en el primer punto de información, nos dicen que lo mejor es el autobús; una chica española que está esperando para comprar un billete de transportes, nos explica el funcionamiento de esos billetes, llamados STRIPPEN, que sirven para todos los transportes públicos urbanos de Holanda, y la mejor manera de llegar a Ámsterdam en autobús, también nos habla del mejor sitio para salir allí. Compramos el Strippen y los billetes de autobús para Ámsterdam. A cincuenta metros del pequeño aeropuerto de Eindhoven está la parada del autobús, sale en veinte minutos; El conductor nos recuerda a una persona que conocemos los tres del trabajo, y nos reímos. Nos fijamos en los taxis, un escote descarado de una chica que espera el autobús ( con el frío que hace...), y los tacones de una holandesa, nos entra hambre, Ali ha traído quesitos, fuet y palitos de pan; Se va a comprar una botella de agua, nos clavan 2,50 euros.
Montamos en el autobús, enseguida salimos de Eindhoven y entramos en una autovía holandesa, todo esta verde y humedo. El tiempo es nublado, Ali se duerme enseguida de nuevo, a Luci y a mi nos cuesta mas.
Logro echarme alguna cabezadita, llueve un poco, sale el arco iris, atravesamos Utrecht. Cuando llegamos a Ámsterdam, una hora aproximadamente después de salir de Eindhoven, Ali se despierta y vemos las primeras calles de nuestro destino. Estamos emocionados. Llegamos a Central Station, nos bajamos del autobús, cogemos el equipaje y buscamos las paradas de los tranvías, sabemos que debemos coger el número 1, 2 o 5. No hace mal tiempo, vemos el primer canal y la Iglesia de San Nicolás, también Central Station nos llama la atención, aunque hay varias obras.
Nos asustan los carriles de los tranvías, nos parecen peligrosos, es la primera toma de contacto con lo caótico (para nosotros) del tráfico de tranvías, coches y bicicletas..., enseguida cogemos el número 5. No sabemos muy bien como se pica el Strippen, creemos que lo hemos hecho mal...; nuestro destino es LEIDSPLEIN, que nos suena raro, pero acabara siendo muy familiar para nosotros. Al llegar, no sabemos bien como se abren las puertas, una mujer holandesa nos ayuda sonriente, y tenemos el primer contacto con la amabilidad y el buen royo de la gente de los paises bajos.
Al bajar no sabemos muy bien por donde ir; preguntamos a una pareja joven, que acaba discutiendo por culpa de nuestra pregunta, pero nos indican bien. No nos cuesta mucho encontrar la calle de nuestro Hostel, lo reconocemos enseguida por las fotos de internet; nos sorprende que hay una galeria de arte justo en la puerta, con un cuadro de un desnudo explícito. Llamamos al telefonillo, nos abren, y lo primero que nos encontramos son unas escaleras estrechísimas y casi verticales. Nos cuesta subirlas, y llegamos a la zona común del Hostel. En recepción hay dos chicas, la que nos atiende es un pelín borde ( no creemos que sea holandesa...), nos cobra por separado con la tarjeta de crédito, decidimos tener sólo una llave, subimos un piso mas y llegamos a nuestra habitación. Es en plan albergue, con baños comunes, casi barracón, al entrar en la habitación 2, de cuatro camas, nos encontramos con que una cama está ocupada..., miramos sus maletas, y vemos que están a nombre de Federico, que es de Milán. Nos instalamos, hay unos pequeños armarios, cuatro camas y dos sillas, nada mas..., es una casa típica de Ámsterdam, pero las vistas no están mal.
No tardamos en salir a la calle, vamos por LEIDSESTRAAT, nos encanta la primera impresión de la ciudad, pero seguimos sin acostumbrarnos al paso de tranvías y bicis.
Encontramos un local con Muffins en el escaparate, nos llaman la atención y acabamos entrando. La atención es muy amable, el sitio es pequeño y está lleno, sólo hay chicas trabajando, todas muy guapas. Nos damos cuenta de que aquí son todos guapos/as, muy altos, sobre todo rubios y ojos claros; nos tomamos unos sandwiches, que están buenos, nos siguen atendiendo amablemente, comentamos el enorme pecho de una de las camareras, vemos entrar una familia española. Tenemos ganas de terminar para seguir andando por las calles; llegamos a SINGEL, donde hay un mercado de flores, lo atravesamos, nos adentramos en una calle muy comercial, nos sorprende la cantidad de tiendas a lo largo de toda la vía, que desemboca en la Plaza DAMM, hay un enorme árbol de Navidad, vemos el palacio Real, la Catedral de Damm, el edificio de MADAME TUSSAUDS..., seguimos por la calle comercial que atraviesa la plaza, salimos a DAMRAK, la calle principal que va hasta Central Station..., nos desviamos por el RED LIGHT DISTRICT, el famoso BARRIO ROJO, lo bordeamos y nos encontramos con los primeros escaparates con prostitutas, desandamos el camino recorrido, comienza a oscurecer. Buscamos un lugar cerca del Hostel para poder desayunar por la mañanas, subimos al Hostel, nos han dado un código secreto para abrir la puerta de la calle. Al subir conocemos a Federico, al poco tiempo nos volvemos a bajar, seguimos buscando un lugar de desayuno, y acabamos dirigiéndonos al barrio de DE PIJP, que nos lo han recomendado. Pasamos por la puerta del RIJKSMUSEUM, ya es de noche, en Holanda oscurece a las cinco de la tarde en Diciembre. Tras dar un paseo por el barrio, lo vemos muy convencional, pero nos empieza a sorprender que las casas no tienen cortinas, y son como escaparates viendo la vida rutinaria y casera de todas las familias. Tenemos mucha hambre, queremos cenar y son sólo las seis de la tarde..., tenemos el horario totalmente cambiado.
Al final nos decidimos por comida étnica de Surinam. En el fondo no sabemos donde está el país, nos despista que los camareros son asiáticos, pero la música es latina y los ingredientes de algunos platos con caribeños. Creemos que está en Asia. La comida está muy buena, nos gusta mucho, junto a nosotros se sienta un chico de color (aquí es normal que la gente se siente en la misma mesa si hay algún sitio libre...), Lucia entabla conversación con él, resulta que es de Surinam, y nos cuenta que está en Centroamérica, que es un país multicultural, en el que conviven distintas razas y religiones, y que es posible ver sinagogas y mezquitas puerta con puerta. Es muy simpático, hablamos de la ciudad, de fútbol, de cultura..., nos despedimos y decidimos volver al Hostel para descansar.
Hace frío, llegamos al Hostel, y decidimos quedarnos un rato en la zona común, donde hay televisión, unos sofás y máquinas de bebida y comida. Tenemos mucho sueño pero nos parece muy temprano para dormir.
Veo un poco de fútbol, llamo a mi casa, pregunto como va el Madrid, gana 3 – 0 al descanso, decidimos ir a la cama. No está Federico..., al rato de dormirnos, llega el chico italiano, se cambia, y se marcha; A mitad de la noche, Federico vuelve, se desviste y va al baño antes de meterse en la cama, nos despierta a los tres, volvemos a dormir.

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