jueves, 30 de enero de 2014

¿QUÉ LES PASA A LOS TIOS?

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“¿Qué les pasa a los tíos?”, es una frase que oigo muy a menudo en boca de chicas, mujeres e incluso hombres. Interesante tener que responder a esto.
Dicen que somos cobardes, niñatos, que no sabemos lo que queremos, que un día somos apasionados enamorados pero que luego desaparecemos meses. Ellas dicen que les estamos volviendo locas. ¿Qué ocurre?.

Cuando sale el tema del “amor eterno”, siempre que se debate, alguien dice (en un 95% de las veces es una chica) eso de: “pues mis abuelos aún con ochenta años siguen paseando de la mano y se miran con un amor…” ; Debemos tener los abuelos mas amorosos del planeta, lo he oído en tantas ocasiones que vivo con miedo de estar ciego y no verlo jamás en mi día a día… porque de verdad que voy con los ojos muy abiertos por la calle. No quiero decir que mientan, seguramente es verdad, no lo dudo. Yo no tuve la suerte de conocer a mis abuelos y menos en esa faceta. Tal vez eso explique muchas cosas… o no.

Como siempre, yo tengo una teoría. Hace un par de meses una buena amiga (con la que debato sobre estos temas bastante) me mandó este video: https://www.youtube.com/watch?v=vfzKle09O0Y

 Es Jesús Terrés y es muy interesante lo que dice.  Y por lo visto sus amigas le dicen lo mismo que a mi las mías. Estoy de acuerdo en su planteamiento pero no tanto en sus conclusiones.

Para el que no quiera ver el vídeo (que deberíais) no os preocupéis, lo que voy a contar es un poco mas o menos lo mismo. A la pregunta de ¿por qué no somos como nuestros abuelos? Hay una respuesta muy sencilla: Porque no somos nuestros abuelos.

El mundo, el universo, esta en constante cambio y movimiento, nada esta parado, todo se mueve y cambia. Una evidencia es clara en nuestra existencia, tenemos pánico a lo desconocido y tenemos pánico a aceptar los cambios. Lo vemos día a día. Como dice Terrés en su charla, en España hay un divorcio cada seis minutos a día de hoy. Interesante dato. Prácticamente hay el mismo número de divorcios que de matrimonios.  ¿La razón?. Voy a intentar exponer mi teoría:

Podría hablar de antropología y de la historia del hombre para entender las diferencias históricas entre masculino y femenino a lo largo de la existencia de nuestra especie. Cuando éramos nómadas, no diferenciábamos muy bien los géneros, simplemente tener hijos era cualidad al azar, no significaba mucho… el sexo era puro instinto, además, cuando había algún peligro, lo primero que la especie dejaba atrás era a las mujeres y a los niños porque eran más “débiles”. Cuando el hombre se asienta y se vuelve sedentario, comienza a entender los ciclos (estaciones del año, ciclos lunares… y los ciclos femeninos). Al tener que cuidar del campo y de la producción, el hombre entiende que cuanta mas mano de obra, mucho mejor, y ahí la mujer se convierte en una diosa, porque es el símbolo de la fertilidad. En esos momentos de la historia todos los dioses eran diosas, tenían nombres femeninos y las representaciones artísticas eran en honor de la fertilidad y la mujer. El sedentarismo trae consigo la territorialidad y sus consiguientes pugnas (la avaricia del hombre o su instinto de supervivencia). Así comienzan las guerras, y así se forjan los “héroes”… y es donde el hombre comienza a recuperar terreno “divino” ante la mujer. El culmen del equilibrio tal vez esté en la antigua Grecia. Allí había tantos dioses masculinos como femeninos, y había muchos, y cada uno representaba una virtud, había diosas de la vida libertina, de la sabiduría, del hogar, etc… es decir, había un modelo divino de conducta muy variado para las mujeres y también para los hombres. Con la llegada e imposición del monoteísmo (judaísmo, cristianismo básicamente en nuestro mundo occidental) todo eso cambia. Porque al igual que hay un solo Dios (masculino en este caso) también hay un único modelo de conducta: Adán y Eva. Ni siquiera los modelos de conducta son dioses… sino simples mortales torpes e idiotas. A la mujer se le dice que sólo tiene dos opciones: o se tapa y sirve al hombre… o se desnuda y destruye el mundo. Así de simple… y simplificando, llegamos hasta nuestros días. El modelo femenino durante los últimos siglos y milenios ha sido el de la sirvienta tapada. Todo lo que significara no servir al hombre o enseñar carne, era pecado y rechazado. Mujer de mala vida destinada al infierno.
Después de esta rápida e imprecisa clase de historia antropológica (que me perdonen los expertos, que seguro rebatirían de muchas maneras lo que he contando, sobre todo matizándolo), llegamos a lo que nos importa: estamos cambiando.
En nuestro entorno y sociedad (en la india sigue habiendo religiones con diosas de todos los modelos de conducta) el monoteísmo esta muriendo (aunque no lo parezca) y da como resultado una mayor libertad de pensamiento y acción, apoyado por los avances científicos que ayudan a esa creciente inercia de la muerte de dioses y monoteísmo.  Hasta hace apenas un siglo, si eras hombre o mujer, tenías pocas alternativas en la vida: la calidad de vida y esperanza de años era bastante menor y la mayoría vivían en núcleos rurales, en los cuales la única manera de sobrevivir era con el trabajo del campo y los animales. Para ello se necesitaban muchas manos (hijos) y un duro trabajo físico (hombre), mientras que el lugar de la mujer estaba en criar esos hijos y cuidar de esos hombres (generalizando, como siempre, que la mujer trabajaba y mucho). Pero no existía mas alternativa, o hacías eso o no sobrevivías. Por tanto, las circunstancias hacían que siguiendo los preceptos religiosos y culturales, y atendiendo a la alternativa para sobrevivir, surgieran las familias que conocemos hoy en día. ¿Dónde iba la mujer sin un hombre y un hombre sin una mujer?... era la única opción de supervivencia, de tener sexo y de tener afecto y cariño. 

Pero hoy día eso ha cambiado. Existen miles de alternativas. Por suerte la mujer se ha “liberado” de esa opresión cultural/religiosa y puede elegir entre varias vidas. Eso hace que no este obligada a tener un hombre. Y eso da mucho miedo a los hombres (recordar, una mujer libre es pecado, puede comer la manzana y mandarlo todo a la mierda). Pero, recordar también lo básico que es un hombre biológicamente… porque yo, a mis treinta tres años y soltero, hace un siglo estaría para vestir santos y gastarme todo en prostíbulos. Pero hoy, ay hoy!!, es todo un campo de posibilidades, hay jóvenes, solteras, divorciadas, viudas de todas las edades!!… es un abanico demasiado amplio como para conformarte sólo con una cosa… y además te liberas del compromiso y sacrificio!!, son todo ventajas. ¿Y la mujer?, pues la mujer también puede elegir, claro!!. Y aquí otro miedo. Antes, una mujer no podía dejar a un hombre, por lo que el hombre vivía tranquilo… pero como somos cobardes y miedicas (nuestras madres siempre nos protegieron mucho) y ahora la mujer nos puede dejar… pues tenemos miedo de que nos hagan pupa y salimos corriendo ante esa posibilidad.  

¿Cuál es la conclusión?, pues que estamos muy muy perdidos. No sabemos que tenemos que hacer. La oferta es tan variada y las posibilidades también, que no queremos perdernos nada y queremos tenerlo todo.  Y esto es extensible a ambos género, lo que creo que ocurre es que como el hombre jamás entendió a la mujer, esta en el mismo punto, pero la mujer, que si entendía el comportamiento básico del hombre, ahora se siente desbordada ante la confusión del género masculino ante tanto cambio.
Pero… ¿sabéis que?, que todas estas teorías (para mi muy reveladoras) se van a la mierda cuando hablamos de homosexualidad o bisexualidad (términos que cada vez me resultan mas incomodos de usar, porque odio las etiquetas y soy fan de la pansexualidad). Es decir, todos somos personas y queremos y amamos como tal, sin necesidad de géneros y tener que abarcar un rol. Y aquí es donde quiero llegar. Si nos remontamos a la antigua Grecia, cuando la bisexualidad y el “libertinaje” eran cosas aceptadas y practicadas, nos encontramos con la cuna de la filosofía, la democracia y el arte. Es decir, el hombre en su mayor plenitud, cuando era mas libre sexualmente. Ahora creemos que somos libres sexualmente, pero seguimos atados a un pensamiento de milenios que nos hace constantemente juzgarnos, y, por tanto, perdernos y confundirnos.
¿Por qué hay que seguir reglas cuando quieres comenzar una relación?, ¿de verdad todas las parejas deben hacer lo mismo y comportarse de la misma manera para considerarse pareja?... y, cuando no lo haces, cuando te comportas como quieres, en confianza y te sales de esas reglas, es tu entorno quien te hace dudar.  Serio problema. La sexualidad sigue muy atada a lo sentimental. La “pareja” sigue muy atada a los usos y costumbres sociales/religiosos. Nosotros no sabemos que es una cosa y que es la otra. Lo queremos todo, pero si no cumplimos las reglas, hay un error. 

El cambio trae consigo la adaptación. Para lo bueno y lo malo, las especies se adaptan para poder sobrevivir. El ser humano tiene un especial síndrome de Estocolmo, se acostumbra muy rápido a todo, ya sea bueno o malo y acaba aceptándolo y amándolo. El hombre ha sido esclavo y lo ha aceptado y se ha acostumbrado a ello (aquí podíamos debatir sobre eso de porque no existe una revolución) pero el hombre solo se mueve cuando corre peligro su existencia y supervivencia. Nos adaptamos a todo y lo acabamos queriendo. Si nos encerraran en una casa con la persona que mas odiamos del mundo, durante mucho tiempo, acabaríamos amando a esa persona, porque dependeríamos de ella, porque no podríamos dejar de pensar en ella (simple cuestión de supervivencia, como los secuestrados que se enamoran enfermizamente de sus secuestradores) es un mecanismo de supervivencia. Por eso es probable que si nos viéramos obligados a compartir nuestra vida con alguien, acabáramos amándolo!!, por supuesto, si tengo hijos, comparto dramas y penurias, comparto éxitos y recorro la mayor parte de mi vida junto a alguien, irremediablemente amare a ese alguien. ¿Eso es bonito?... nos gusta pensar que sí.  Pero hoy no lo necesitamos para sobrevivir. Y de ahí viene que estemos tan perdidos.