miércoles, 19 de diciembre de 2007

DIARIO DE PABLO FRANK. SÉPTIMO DÍA EN HOLANDA











Amanecemos en nuestro último día en la ciudad de los canales y las bicicletas. El Check out es a las diez, nos da tiempo de sobra..., nos despedimos de nuestro zulo y pedimos en la recepción que nos guarden las maletas y mochilas unas horas. Nuestro objetivo en la mañana de este día es visitar el museo Van Gogh; tengo la impresión, que después de estos días y de la noche anterior, comprenderé aún mejor a este artista. Llegamos al barrio de los museos y no tardamos en entrar en el Van Gogh Museum. Vamos directamente a la exposición permanente del pintor holandés. Es aproximadamente una hora y media o dos horas de intenso estudio de su obra y su vida, realmente interesante e intenso, merece la pena, aprendo mucho y me transmite mucho mas de lo que podía pensar.
Seguimos el recorrido del museo, mas obras e influencias y acabamos en una exposición itinerante sobre Barcelona a principios del siglo XX. Después de cuatro horas de museo, terminamos la visita.
Notamos que nos queda muy poquito en la ciudad, comemos en un italiano, en donde no tienen muy buen gusto para la música, antes de volver a por el equipaje, pasamos por el mismo lugar que el día anterior, queremos repetir experiencia para esa misma noche.
Recogemos nuestros bultos, nos despedimos de nuestro Hostel y nos vamos en tranvía hasta Central Station; se nos ha hecho tarde, encontramos la parada del autobús que nos debe llevar hasta Eindhoven, sólo queda el último autobús, pero tardará 45 minutos en salir. Nos vamos a un bar a esperar, demasiado frío y mucho peso. Nos damos cuenta de que no vamos a llegar a la hora en que cierran el Check In del Hostel de Eindhoven, Ali llama para avisar y decimos que llegaremos una hora tarde, nos indican un café donde dejaran las llaves y la factura a pagar. Al fin llega el bus, cargamos nuestras cosas y nos subimos. Emprendemos la marcha, dejamos atrás Ámsterdam y muchos recuerdos. El conductor pone la radio, una emisora holandesa, tratamos de dormir, pero es difícil..., a mitad de camino entramos en Utrecht, parada técnica; y después una gran sorpresa, el bus para a repostar!!!, el conductor echa gasolina ante el asombro de todos, Holanda es tan distinta...; Nos estamos retrasando demasiado, además, encontramos caravana en la carretera, hay un accidente. Llegamos pasadas las nueve al aeropuerto de Eindhoven. Preguntamos a un conductor de bus urbano de Eindhoven, resulta ser tan agradable y encantador como la mayoría de los holandeses, nos indica que cojamos ese mismo transporte y nos explica sacando un plano y una guía como llegar a nuestro destino, detiene el bus en un lugar que no corresponde, sólo para que nos bajemos y andemos menos..., hasta el último momento nos conquistan los holandeses. Andamos un rato, cargados y con mucho frío, finalmente llegamos al café, nos dan la llave, respiramos aliviados. Pagamos un poco más de lo previsto; llegamos a lo que creemos es la puerta, no podemos abrir, pero un hombre que entra nos deja la puerta abierta, subimos hasta el número de habitación que indica el sobre, y tampoco funciona la llave..., hasta que nos damos cuenta que nos hemos equivocado de edificio!!!!, entre risas nos vamos y encontramos la verdadera puerta del hostal, subimos tres pisos de inclinadas escaleras, cargados, para llegar a nuestra habitación; menuda sorpresa...es un ático muy bonito, espacioso, con sillones, televisión, mesa y baño propio...un auténtico lujo en comparación con lo que estábamos acostumbrados en Ámsterdam. Hacemos el reparto para otro viaje, buscamos un sitio para cenar en Eindhoven, todo está cerrado, menos un turco que encontramos después de mucho andar..., la comida y el trato son muy buenos, creemos que vamos a empezar otra experiencia como la de la noche anterior, pero decidimos esperar. Terminamos y buscamos un lugar donde tomar algo..., llegamos a un bar donde todos parecen ángeles, rubios, andróginos, muy guapos, piel perfecta..., nos vamos a las mesas del fondo. Creemos que el camarero se interesa por Luci, aún nos queda algo que fumar, esperamos...; Al final no ocurre nada, sólo ha sido un amago, algo de decepción, yo tengo mucho sueño y nos volvemos al Hostel a dormir, contentos por todos los días y algo tristes por esta noche. Hace muchísimo frío en la calle, y no hay mantas en la habitación. Nos dormimos, mañana hay que madrugar para coger el avión.

No hay comentarios: